Por otra parte, la pérdida de población viene acompañada por un desajuste entre la oferta y la demanda de viviendas: aunque la población decrece en todo el territorio, el censo de viviendas aumenta en todos los municipios.

El alto indice de segundas residencias, muchas de ellas en la zona norte de la comarca, juntamente con la oferta de trabajos estacionales, es una realidad que se está intensificando en los últimos años.

La distribución de la ocupación a pesar de seguir la tónica general catalana (alta representación y aumento del sector terciario), si se enfoca desde un análisis municipal, evidencia que la mayoría de los trabajos son agrarios y tan solo se distribuyen entre el sector secundario y terciario en las cabeceras de comarca. Entrelazando los datos de declive poblacional y de envejecimiento vemos como el sector agrario pierde activos año tras año. La pérdida de explotaciones agrarias es una evidencia, que se concentra en las zonas menos productivas y de mas difícil acceso, como son los municipios del norte de la comarca.

La comarca del Solsonès dispone de una industria de pequeñas dimensiones y diversificada pero concentrada en los binomios Solsona-Olius y Sant Llorenç de Morunys-Guixers, y el capital de estas es básicamente foráneo.

Paradójicamente, en relación a la realidad agraria de la comarca, la industria agroalimentaria autóctona, que tuvo su importancia en el pasado, es muy poco presente en la actualidad, desplazada por la gran industria agroalimentaria principalmente ubicada en las comarcas barcelonesas.

La comarca presenta un déficit de oferta de lugares de trabajo de mano de obra cualificada, aunque presenta algunos centros de atracción como el Centro Tecnológico y Forestal de Cataluña, hecho que incrementa la movilidad obligada residencia-lugar de trabajo.

 
 
 
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